lunes, 18 de mayo de 2009

"Desvelos"


Rebanada de aire y fideo gambeta


Poco fue el tiempo que conocí a la nona Antonia porque se me murió enseguidita. Sí me acuerdo que cuando llegaban las fiestas llegaban también, de varios lugares, todos mis primos y solíamos juntarnos en su casa que era una sucesión de patios y jardines cuya memoria aún me ronda. Tengo, como impregnados, los olores del puré, de la jaula de los pájaros a la tarde, de la uva chinche que rebosaba de abejas cuando abrían los panales. Con la nona vivía la tía Ernesta, a quien le decíamos así porque se llamaba Ernestina Segundina, más por llegar segunda que por algún tipo de hipóstasis guevarista en la tradición capaz de poner suspicaces a las autoridades del actual gobierno. De esos tiempos guardo dos recuerdos que siempre me resultaron enigmáticos: el primero refiere a los momentos en que todos los niños que andábamos por la casa invadíamos la cocina durante la mañana y le preguntábamos qué íbamos a comer. Ella, la Nona, con una cara que resultaba casi neutra contestaba: rebanada de aire y fideo gambeta. Con el tiempo pensé si era un saber del hambre que hacía que le resultara insoportable que nosotros pensáramos que nos podía retacear el alimento o acaso era que simplemente la molestábamos y eso era todo. De todas maneras, esas palabras en italiano, refulgían una memoria que para nosotros estaba perdida, una memoria que, aunque no se contó nunca, tuvo palabras que la señalaron.
El otro recuerdo que guardo de esa casa es de cuando la tía escapaba con los más chicos a la tarde y saqueaba los terrones de la azucarera, aprovechando el sueño de la Nona, como quien se permite una exquisita confitura, un gesto que es también una memoria que permaneció en las golosinas de los pobres: el pan con leche, el azúcar, la torta frita…
El otro día hice un reemplazo en la nueva escuela secundaria 497; cuando entré a la cocina de la Escuela a preparar unos mates uno de los chicos espió y descubrió varias cajas de alfajores. Cuando pidió, medio en chanza uno, la portera le respondió que no eran para ellos, que los de la secundaria, ellos lo sabían, no comen……
Recordé entonces una referencia que la Ministra de Educación de la Provincia hizo en una reunión en que se discutió la suspensión de los comedores a los niños de octavos y novenos años. Se enseñará a cocinar en las escuelas…. Luego, tengo entendido, habló de la dignidad de la mesa familiar.
Me acordé de la Nona: Rebanada de aire y fideo gambeta. Para la primera receta de las clases culinarias de la escuela 516 (a la que se le habían volado los techos, la que está pasando Estación el gaucho ¿recuerdan?) ya contamos con las materias primas: aire y gambeta. Y un ministerio de innovación pedagógica donde quienes están a cargo de las reformas educativas no han necesitado desollar los animalitos de la granja de la infancia para mantener sus pancitas bien llenas.


Mariano Acosta

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