lunes, 11 de mayo de 2009

"Ecología"


Consecuencias de los datos ecológicos sobre la ordenación del espacio urbano


El crecimiento urbano está relacionado con un crecimiento económico, que se sirve de una mano de obra y de unos servicios abundantes, de importantes mercados de consumo, y de instituciones generadoras de progresos técnicos e innovaciones comerciales.
Por desgracia, debido a la inadaptación de las estructuras, las condiciones de vida tienden a degenerar; la vida social se ve comprometida, a la vez que el equilibrio psicológico y fisiológico de los habitantes. Las contaminaciones amenazan la salud física.
Un sistema de viviendas inadecuado provoca segregaciones residenciales que agravan las diferencias sociales. La ciudad engendra miseria, desorden y tugurios.
El nerviosismo producido por las dificultades de circulación y la carrera constante contra el retraso y el tiempo perdido, y las contaminaciones acústicas y visuales, contribuyen a transformar el ciudadano en un individuo neurótico e irritado, acechado por las enfermedades de la civilización. El individuo se siente más y más solo y aislado, privado de verdaderos amigos.
El conocimiento científico del ecosistema "urbs" es necesario para asegurar una ordenación correcta del territorio en la que actualmente vive la mayoría de los humanos. El reverdecimiento oxigenante de los lugares de residencia y de trabajo, la creación de barreras de árboles protectores frente a la contaminación y el ruido, la utilización de los parques con fines didácticos y educativos para el público y la organización del cinturón verde, son problemas importantes que podrían conectarse con la ecología clásica.
La urbanización debe oponerse al triunfo insolente de una desmedida trivialidad (torres dormitorios, aparcamientos gigantes...) difundida por los negociantes, y a su agresividad visual para el psiquismo de la población, al saqueo de los lugares urbanos que son honor y orgullo de las ciudades, y de modo especial a la escandalosa explotación del espacio urbano con fines mercantiles.
La ciudad debe ser ordenada de tal manera que multiplique los contactos humanos: calles peatonales, aliciente de parques y jardines públicos, fachadas adornadas con flores, animación de las calles comerciales, etc.
Hay que favorecer y mejorar los transportes públicos a expensas de los individuales, empleando al máximo el subsuelo y reservando la superficie para las zonas verdes.
Los accidentes topográficos deben aprovecharse con fines paisajísticos, ubicando un máximo de masas de agua en las depresiones, y haciendo, en la medida de lo posible, que las fuentes y ríos permanezcan en la superficie, al aire libre.
La lucha contra la contaminación debe basarse en la observación de los espacios verdes y en la experimentación científica (indicadores biológicos, estudios epidemiológicos) y en el establecimiento de umbrales de toxicidad.
De una manera general, la ordenación (o gestión) urbana debe inspirarse principalmente en consideraciones biológicas y ecológicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario